sábado, 26 de enero de 2019

4. Sobre este verano

Amor 77
"Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.”
Julio Cortázar


He dormido diez días en el suelo, entre mi esterilla y otra. No teníamos nada y teníamos todo porque todo y nada son lo mismo. Repetíamos constantemente la alegría, era un secreto a voces, una crónica de una muerte anunciada, la resurrección. En una llamada telefónica me dijeron que hablara con quien quisiera pero que no olvidara conversar conmigo. Tenían toda la razón. Después de un año leyendo y estudiando acerca de la belleza la he concluido en lo despeinado, lamparones, pelitos pequeños que acaban de nacer, sudor, caras hinchadas del despertar, lágrimas de emoción. Inamovible la belleza que te devora como una vorágine, este brillo de los ojos no se opera ni se maquilla con highlighter. Cuando sinceridad es brutal te percatas de que lo que ansiabas coincide con lo que temías.
Mis conclusiones: Lolita -que tanto mal hizo-, despierta también el deseo como uno de los grandes efectos de la literatura, la independencia unilateral de una casa se termina, hay políticos ofendidos por ver nuestras camisetas colgadas en un polideportivo, el perspectivismo de Ortega y Gasset es la única verdad, todos tenemos mundos internos vacíos, “hay días que me levanto, otros días salgo de la cama” aquel era el momento que todos estábamos esperando para cambiar, corazón colapsado por la cabeza, ¿volver? como Cernuda, la libertad es salir de una cárcel a otra más grande, necesitamos grupos para no tener miedo ¿los valientes los encabezan o se enfrentan a ellos?, nuestra constancia es repetir patrones impuestos y resulta tan aburrido que drogarse es la única salvación de todo el fuego, los pecados de la biblia (el odio, la traición, la carne) agreden tanto como Pilato lavándose las manos, yo prefiero los que gritan desde abajo como Bukowski -que se siente bien entre los marginados porque es uno de ellos-, hay que mantener la dignidad en las despedidas más que en cualquier otro aspecto de la vida puesto que son pura esencia, adiós es decir “ojalá que te vaya bonito, ojalá que se acaben tus penas”.

Este texto es antiguo. Pero lo quería aquí. Perdona Ricardo por los tópicos, perdona barriga por los dolores, perdona montaña por olvidarte, perdonad a los que están lejos, a los que están cerca, a los que no entienden, a los que entienden partes. Perdonad porque escribo para mí, porque la escritura es el sueño más fácil (todos aprendemos desde niños) y el más costoso. Escribidores y escribientes. Cuadernos sin acabar, correcciones tardías y desganadas. Escritores de discoteca y bar, borrachos de haber leído a generaciones que murieron. Matáis la escritura con tópicos. Perdona Ricardo, pero somos unos egoístas, ególatras, narcisistas. Perdonad a los que confiáis en mí para esto, a los que os duele el alma y no soy capaz de alcanzar. Perdonadme por ser de mentira, por deshacerme. Perdonadme porque soy guay, porque soy diferente, perdonadme. (Todo esto, sin sentimiento de culpa). Perdón incluso a quien se olvida de mí, pierde más que yo, perdonad por la autoestima, por descuidar y por cuidar en exceso. El verano se ha acabado. Hoy miraba por la ventana del bus y pensaba: definitivamente se ha acabado. Y este es el invierno es el más cálido de todos. Hemos recuperado el poder.




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