martes, 17 de marzo de 2020

Enero 2020

Hace un par de horas terminé mi tercer cuaderno rojo, me ha durado ocho meses. Ha sido un embarazo anticipado. Leo y releo algunas líneas, buscando quién fui entonces.

En mayo:
"alguien que se ha dejado la sangre en la pared,
alguien que empieza el poema a la mitad
que a las tres de la mañana
es alguien,
no perdona más que como Borges".

En junio escribí por primera vez un poema a mi hermana
y apunté sin cita la frase:
"Manson es un gran orador y su tema favorito es él mismo", creo recordar que lo dijeron en la Cultureta.
También:
"No se trata de ser humano en la historia, se trata de ser humano en el cosmos".
Y escribí un poema para que me dejaran de querer. Lo conseguí.

En julio: "Me mudo, amor. Me mudo, lindo. Me voy mudando, poco a poco. De mi cuerpo a otro. Mío".

En agosto: "Me siento libre al no pensar en hombres. El amor me ahoga".
Otro día: "Ser capaz de cerrar la puerta de casa y estar tranquila. Afuera no hay nada mejor de lo que adentro ocurre".
Narré una mañana que desperté llorando porque había soñado que me robaban la bici.

En septiembre: "Yo no entiendo de absolutos, soy absolutista con dudas".

En octubre escuché en Las Voces de Nueva York la frase "el peor castigo es pasar la noche con gente legal",
y a Siri Hustvedt: "leer hace que te posean otras voces".
Me reconocí a mí misma: "yo no podía aguantar cuatro años de carrera lejos de la palabra "periodista". Prefería la decadencia emocional de las clases. No tiene sentido, pero lo que aprendí es inabarcable y me enorgullezco de mi desconocimiento irracional".

En noviembre: "me están limpiando la narrativa" y apunté,
"tienes que hablar con tu madre
y decirle: mami
me gusta como hueles
y me gustan
tus ojos tristes".

En diciembre recogí 17 motivos para tener novio y 15 para no tenerlo. Después añadí otro.
Copié de una entrevista de El País a Gregorio Cañedo del Samur Social esta conversación:
- ¿Coge con ganas la jubilación?
- Tengo ganas de desayunar con mi mujer.

En enero he redactado 25 propósitos y no he puesto un deseo.




miércoles, 4 de marzo de 2020

No lo quería decir

Quiero ser especial, pero no por mi belleza; sino por mi conocimiento. Tampoco por lo profundo; por lo superficial. Me duele reconocer la necesidad de formar parte de algo. Me ocurre que acaso alguna vez alguien hace referencia a una película o libro que he leído y me late más fuerte el corazón, lo miro con pasión y suelto cualquier frase.

Les digo: sí, sí, sí, me encanta. O lo critico exageradamente. Para que vean que realmente me lo he leído. A veces, incluso si no me lo he leído, pongo la boquita pequeña y digo una banalidad. Esto también me ocurre cuando no me acuerdo. Porque hay libros y películas de los que tengo una idea vaga porque me dieron igual. Pero tengo que disimular ante el fantasma de la ineptitud y la incultura. Tengo que disimular mis carencias intelectuales y ser la más interesante, y quedar incluso por encima de mí misma.

Luego vuelvo a casa y pienso: cada día te pareces menos a ti misma.