domingo, 8 de febrero de 2015

Historia de cronopios y famas
               "El chico naranja"


¿Cómo es el chico naranja? 
El chico naranja es alegre como un chico amarillo pero más sonriente; el chico amarillo opta por dormir, el chico naranja sale a bailar.
El chico azul siempre quiere que le besen las heridas; cuando un chico es naranja aprende a coser para ponerse rodilleras.
Mientras que los chicos verdes tienen los pies planos, los chicos naranjas andan de puntillas. Son un poco patosos y a veces se caen (pero se levantan tan rápido que tienes que hacerle un fotograma para poder verlo, por eso es tan complicado).

¿Qué hace el chico naranja?
El chico naranja casi nunca llora y cuando llora lo hace con su aparato-palpitante en la mano y todos vemos que está llorando de verdad, porque su ventrículo izquierdo así lo muestra.
El chico naranja es capaz de hacerlo todo y a veces se come un poco de mundo (un pedazo de Bangladesh, por ejemplo), pero lo hace sin querer y porque tiene muchas ganas.
El chico naranja a veces pregunta cómo se pronunciaba “amor” y dan ganas de reírse, porque el torpe no sabe que siempre lo anda silbando a todo el mundo, letra por letra y de distintas formas; siempre la misma palabra. El chico naranja es como un abrazo que si aprietas un poco más se te sale ya el disfraz de humano.

¿Quién es el chico naranja?
Yo creo que el chico naranja es lo más cerca que he estado de la inmortalidad, pero es tan consciente de cada minuto, que parece que los roba de los relojes que se paran.
Si cierras los ojos y dices su nombre, sólo puedes verlo con una sonrisa. Y aprietas los párpados porque quieres ver todo aquello que esconde en las rodillas, pero no puedes... ¡y qué frustrante resulta encontrarle!
Sobretodo porque siempre va pegando saltos y cuando crees que puedes alcanzarlo se pone a trepar, a volar o qué se yo. Es que el chico naranja no tiene ninguna consideración con la gravedad ni con cualquier ley física. 
Y por eso ha tenido tantos problemas.
Y por eso no tiene problemas.

¿Dónde está el chico naranja?
Es fácil: esperad por la mañana cuando vuestra madre os de un mimo exprimido en zumo y os obligue a beberlo rápido (por aquello de las vitaminas), mirad fijamente una puesta de sol (pero sólo si es en silencio); buscad entre los gatos al que algún día fue (menos mal que se puso las botas y empezó a ser humano) y por último, también lo podéis encontrar en el boli con el que jugamos a encontrarnos.  

¿Que hace tan especial al chico naranja?
Pues que no lo sabe, 
nunca lo ha sabido. Y dan ganas de gritárselo pero el miedo de mancharlo de otro color siempre obliga a mantener el silencio.
Es por eso que a veces pienso, que aunque fuera capaz de mantenerse quieto, no nos atreveríamos a hacerle cosquillas: es mejor mirarle
                                                           c r e c e r
                                                           r
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