lunes, 13 de octubre de 2014

Reina destronada destrozada

Un buen truco para no pensar en el momento internacional en el que la mente se desata (es decir, la noche, instantes previos al sueño y a las fuertísimas respiraciones) es contar las estrellas fluorescentes del techo.
Una... canta aquél anuncio en la tele. Esa musiquita pegadiza y sin ninguna clase de conspiración que años después sería una gotita. Una diminuta gotita que cae rodando.
Dos.. bicicleta. Pedalear a toda velocidad, Llegar tarde. Un reloj. Tic-tac. La bici cae al suelo.
Tres... mensajes de texto. Medio millón de euros, lo cuadruplican los músculos tensos de  los labios. De la sonrisa. Los nervios barrigales.
Cuatro... ¿qué? ¿qué pasa? no es suficiente ¿hay algo más? ¡no es suficiente! claro, reina, eres tú la que no te soporta.
Cinco... horas enteras. Distintos escenarios se mueven a mis pies y no necesito decir nada más porque ¡ah! porque tengo ganas de gritar y de sellar mi boca. Porque no puedo. No me cabe el sentimiento
Seis... inmerecidos mares. Olas que se mueven y dos barcas que navegan a la deriva. Cierras los ojos y escuchas el mar cantando en el reproductor.
Siete... no puedo parar de reírme. No puedo dejar de llorar. No entiendo nada. Malditas flores. ¿Quién me presta tu sonrisa? No puedo describirte con algo tan pequeño como palabras. ¿Algún día me perdonarás? ¿me perdonaré? Te...

Duerme

1 comentario:

  1. Doy gracias por encontrar tu blog me encanta la literatura, muy interesante y mucho contenido mil gracias por aportar así al mundo, ahora te sigo quizas puedas pasarte por mi blog http://desarrolloindependiente.blogspot.com/

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