martes, 29 de septiembre de 2015

Viernes, 7 de Agosto

Santiago de Compostela - Madrid
Casas blancas y balcones negros. Piedra y madera. Yo pertenezco a esto.

Los latinos
En los pocos días que llevamos de ruta he descubierto que somos más parecidos a los humanos del continente americano de lo que nos resultaría cómodo pensar. Abrazada a esta idea ha nacido la admiración por las diferencias apreciadas.
Los latinos. Gente. Personas. Humanos.
Maravillas manchadas de café, limpiadas por el más puro sol. Improvisación rítmica, movimiento continuo; pies, manos, caderas. Dos ojos tranquilos que miran y llameantes gritan de rabia. Boca que canta la sonrisa. Tacto continuo, seguro, maleducado, tierno. Abrazos que -lejos de ser piel- acarician la esencia. Dolor profundo por el robo injusto, llanto bailarín por el asesinato cultural. América Latina no se destruye, se reconstruye a base de cabezas sin miedo y manos que dan. Palabras huérfanas de lenguas fallecidas son adaptadas por labios que hablan. Hablan y dicen.

Y a su lado, nosotros.
Europeos maquillados que temen la suciedad. Ignorantes que piensan que el decorado nos salva de la miseria. Conquistadores soberbios que pierden la batalla contra sí mismos. Intelectuales que desprecian la magia de los cuentos. Almas solitarias que nadan en busca de un naufragio que las comprenda. Mirada altiva que tiembla ante la idea de una diminuta mancha de vulnerabilidad. Hombre que en el pico de la montaña la hiere con su bandera.
Nos clavamos en América por la incomodidad de la existencia de nombres sin nuestro nombre.

Y ahora, yo tan pequeña,
tengo la oportunidad de descubrir América por encima de esos barcos cargados de opresores
tengo la oportunidad de descubrir América por abajo
desde la tierra
 hasta la más alta cumbre:
el hombre latino


*Todo lo escrito es sacado literalmente de mi Diario de Ruta

** Dedicado dos españolas que estaban durmiendo a mi lado en el bus mientras escribía esto. Inés, Irene (enamoradas como yo de esta cultura)

*** Dedicado a ese continente: A Eze (que va a cambiar el mundoo) , Chris (que escribe con el alma), Grate (que baila con el corazón), Javi (que es ÉXITO), Sergio (ojos tiernos), 
a las mujeres latinas en general: Eri (auténtica), Ana (Una Quetzal de verdad),  Brenda (toda agradable),  Vane (DULCE),  Flor (tan cariñosa), a Pauleuro (una obra de arte) y a todas las demás, que saben sufrir con la sonrisa...
a los latinos sinvergüenzas de corazón blando como Eric, Palito, Nahum; a Ema (brillo en la mirada y alas enormes)...

Va por todos vosotros, va por la ruta.

 Pero sobretodo, este texto va para 
mi hermana Mariana, que es hija de otra tierra y 
mi tesoro de la experiencia, Marcela.
Me han enseñado a llorar en otro idioma. 

(Nunca antes algo que había escrito había sido un nubarrón para tal lluvia de emociones.) 




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